domingo, 11 de noviembre de 2012


El sida en África.
Los habitantes Africanos soportan una pesada carga por enfermedades tropicales y las variantes africanas del SIDA. Matan anualmente a cinco millones de personas. Poblados enteros son barridos por enfermedades ante la escasa respuesta de la comunidad internacional. 
El informe de la OMS sobre la sanidad en África es catastrófico: los casos más abundantes son los de malaria y mas del 40% de la población no tiene agua potable. También hay datos esperanzadores: están desarrollando iniciativas locales para aprovechar los recursos disponibles.              
A pesar de la gravedad de la situación, los recursos dedicados a curar el SIDA, son prácticamente nulos, en contra de las teorías que apuntaban a que la epidemia podría “estabilizarse”, ésta sigue siendo sumamente dinámica. La vacuna contra la enfermedad aún está lejos de conseguirse. En los países ricos los afectados del SIDA acceden a fármacos antirretrovirales, lo que significa que sobreviven durante más tiempo y en mejores condiciones, solo unos pocos casos se atienden en África por donaciones.
El sida reduce los recursos y debilita las infraestructuras y como consecuencia 
de ello la enfermedad agrava las trampas de la pobreza, el subdesarrollo y la desigualdad, disminuye la esperanza de vida y aumenta el número de enfermos que mata a los trabajadores más jóvenes y productivos. La esperanza de vida no llega a los 50 años.
El sida socava los sistemas agrícolas y afecta al estado de nutrición y la 
seguridad alimentaria de las familias rurales. Conforme enferman los adultos y 
mueren, disminuye la productividad de las familias además de perderse los 
conocimientos de métodos agrícolas autóctonos y otros bienes.Factores biológicos y sociales vuelven más vulnerables a las mujeres al SIDA que a los hombres.
Hay estudios que indican que los índices de infección de SIDA entre las 
jóvenes pueden ser de tres a cinco veces más elevados que entre los jóvenes. 
Además, algunos de los métodos tradicionales que garantizan el acceso de las 
mujeres a las tierras en caso de quedar viudas contribuyen a propagar el 
SIDA, como la costumbre que obliga a los hombres a desposar a la viuda de 
un hermano. Los estudios también muestran que cuando las viudas pierden 
acceso a las propiedades de sus esposos, se pueden ver obligadas a ejerecer 
el sexo comercial como único medio de subsistencia.
La OMS afirma que la sanidad africana avanza gracias a las iniciativas locales. El representante de la organización en Ghana, el doctor Angoleño Joaquim Sawera, es consciente de la difícil situación sanitaria de África, pero asegura que hay soluciones en marcha.
El informe revela que los países africanos están desarrollando nuevas técnicas para hacer frente a las enfermedades. Esas iniciativas locales no hacen uso de los caros métodos importados de fuera, sino que aprovechan los propios recursos. Avanzan, preparando a los profesionales de la salud que hay en cada comunidad.Son muchos los sanitarios que abandonan sus países de origen para trabajar en otros.
Para evitar esa fuga, Ghana ha aumentado este año el salario de los médicos pasando de los 400 a los 1.000 dólares al mes.
Aunque haya resquicios de luz, el informe concluye que el continente «hace frente a la crisis de salud pública más dramática del mundo».
El 72% de los fallecimientos se deben a enfermedades contagiosas sida, tuberculosis y malaria, 
infecciones respiratorias y complicaciones en el embarazo y en el parto.
La región africana concentra el 60% de las personas que tienen el Virus de Inmunodeficiencia Humana en el mundo. El sida sigue devastando el continente. No obstante, son cada vez más los africanos que reciben tratamiento con antirretrovirales. En 2003 eran 100.000; en 2005, 810.000. Según el informe, son cada vez más los que tratan el sida.
El 90% de los 300-500 millones de casos clínicos de malaria que se producen al año en el mundo tiene lugar en África.
Otra enfermedad que tiene gran incidencia en la región es la tuberculosis: cada año suele haber cerca de 2,4 millones de nuevos casos y medio millón de fallecimientos a causa de esa dolencia. Los profesionales de la salud a pesar de sus carencias de medios, están logrando controlar enfermedades.

Los africanos pobres ponen su mirada en los países ricos, implorando ayuda que pueda reducir tanto sufrimiento. Nuestra colaboración es su esperanza.